El buitre leonado, Gyps fulvus, es una de las mayores rapaces de la Península y la carroñera más común, con unas 25.000 parejas (datos de 2008, SEO). Este buitre es especialmente abundante en Castilla y León, formando grandes colonias en los desfiladeros de los ríos.
En el Parque Natural de Hoces de Alto Ebro y Rudrón se puede observar surcando el cielo por prácticamente toda su extensión. Existen importantes colonias en Pesquera de Ebro y en los cortados entre Valdelateja y San Felices.
Buitres al sol sobre el Perentón, San Felices |
Los buitres se alimentan de carroña, por lo que realizan una labor clave en el mantenimiento del ecosistema, evitando la propagación de enfermedades. Aprovechan las corrientes de aire que se generan en los valles por los gradientes de temperatura para planear a gran altura sobre el terreno, evitando así el desperdicio de energía que supone el aleteo.
A finales del invierno los buitres adecuan sus nidos en los escarpados collados y se preparan para la puesta, que normalmente consiste en un único huevo. Los padres se turnan para la incubación y el posterior cuidado de la cría.
Huevo de buitre |
El huevo se ha abierto y ha nacido un polluelo, el cuál la madre protege celosamente |
Pollo joven |
Por todo ello, debemos contribuir a la preservación de tan asombroso e importante animal, cuya perpetuación se ve amenazada por la alteración de los ecosistemas en los que cría y se alimenta y, sobretodo, por la utilización de venenos, tanto en cotos como para el control de plagas -como los topillos-, ya que estos venenos se van acumulando en la cadena trófica y finalmente llegan a los buitres a través de los cadáveres que consumen. Para intentar frenar esto: https://www.change.org/es/peticiones/no-llenen-de-veneno-los-campos-de-castilla-y-le%C3%B3n
Buitre en los collados de San Felices |
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