El Perentón desde la carretera de Sargentes |
Empero, si hemos sido precavidos, estos regalos del campo deberían estar secando en nuestras casas. Estas hierbas de la familia de las Labiadas forman parte del pastizal y monte bajo del clima Mediterráneo y poseen propiedades aromáticas que ayudan a amenizar nuestras comidas o incluso aliviar un resfriado.
El tomillo salsero, Thymus zygis, es una hierba que crece en pequeñas almohadillas olorosas entre los encinares. Se utiliza para condimentar asados, como por ejemplo el conejo al tomillo, y otros alimentos.
Mata de tomillo salsero |
La lavanda y el espliego forman matas más portentosas, con largas espigas que culminan en flor púrpura. Entre sus hojas revolotean innumerables danzarines: abejorros, abejas, avispas, mariposas, polillas colibrí... Una vez caída la flor de la espiga, se pueden recoger éstas y entrelazarlas formando una piña olorosa que colocaremos en nuestros armarios para evitar la proliferación de polillas.
Polilla colibrí libando de una flor de lavanda |
Por último, y siendo además la última planta en florecer, destacamos el té de roca, Sideritis hyssopifolia, una pequeña mata pegajosa que crece en las laderas sur, sobre rocas, constituyendo su recogida, en muchos casos, un deporte de riesgo. El té de roca es enormemente apreciado, y esto ocasionó su sobreexplotación en las últimas décadas. Actualmente está catalogada como especie de aprovechamiento regulado en el catálogo de flora protegida de Castilla y León.
Romeros cerca de un colmenar |
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